Por Guillermo Pellerano, Gerente General San Cristóbal Retiro
Ahorrar tiene mala prensa. Y es lógico. El ahorro es un hábito que nos quita la oportunidad de disfrutar del presente, de aprovechar el dinero en el hoy. Nadie quiere resignar lo que quiere y elige hacer o tener. Y a menos que seas de esas personas que disfrutan viendo cómo crecen sus cuentas de banco, el ahorro difícilmente sea tu prioridad porque es un hábito que te obliga a hacer exactamente lo contrario a lo que te gustaría: gastar y disfrutar.
No hace falta hablar de un consumo exagerado de las cosas (bien llamado “consumismo”), sino de disfrutar de aquello que tenemos y nos da seguridad y comodidad. Entonces, ¿por qué ahorramos?
La respuesta es simple: lo hacemos para que en el futuro podamos tener la misma oportunidad de disfrutar de las cosas que nos gustan hoy. Dicho de otra forma: ahorramos hoy para no resignar consumo mañana.
Pensando en el futuro
Con el paso del tiempo, las posibilidades de generar ingresos superiores –o, incluso, extras– van desapareciendo. Además, existe una certeza del 100% de que a determinada edad vas a dejar de generar ingresos, ya sea porque no te contratan o porque ya no tenés ganas de que lo hagan. A partir de ese día –que siempre vemos lejos, pero indefectiblemente llega– el ingreso corriente disminuye a la mitad, mientras que tus preferencias por el consumo se mantienen iguales o se reducen, pero marginalmente.
La simple cuenta de ingresos menos egresos ya no te da, y ahí es cuando no te queda otra que resignar consumo. En otras palabras: sacrificar bienestar. Y, de esa forma, casi todo lo que estabas acostumbrado a disfrutar desaparece de un día para otro.
Resumiendo, aunque ahorrar puede parecer un sacrificio en el corto plazo, con un enfoque de mediano y largo término, adquiere un poder imbatible porque aporta seguridad financiera para mantener el estilo de vida logrado con esfuerzo.
El tiempo juega a favor del ahorro. Por ejemplo: una persona de 35 años que ahorra (e invierte) aproximadamente 280 dólares mensuales accederá al momento de su retiro a una renta de 1.000 dólares mensuales de por vida.
El poder de la capitalización y del interés compuesto hacen su trabajo para que, llegado el momento, accedamos a ese ingreso mensual que nos permita seguir disfrutando de eso que hoy queremos y tenemos.